La hora del debate





Introducción

El niño como un ser eminentemente social necesita de los demás, son varios los agentes que intervienen en su socialización: la familia, la escuela y la relación entre los iguales. Pero para que exista esta socialización es necesario poder comunicarse.
Desde el ámbito escolar se debe trabajar para conseguir en el alumnado un correcto desarrollo del lenguaje oral. Para ello se deberá tener en cuenta las características del entorno social del alumnado, prestando atención a las formas de comunicación del alumnado con su familia y en la relación con lo iguales.
Por lo tanto se debe trabajar en clase cómo usar el lenguaje oral en diversas situaciones de la vida, explicándole al alumnado que no es lo mismo comunicarse con una persona mayor, hablar en clase, en familia, con los amigos en cada situación hay que usar el lenguaje de diferente manera. Para ello, en clase se deben realizar pequeñas experiencia simulando situaciones de la vida cotidiana que le permita saber hablar en situaciones determinadas, de acuerdo a factores específicos de situación en que se habla y al contenido concreto sobre el que se habla.

Al ámbito educativo le corresponde enseñar a pensar antes de hablar. Tenemos que enseñar a los alumnos a anticiparse mentalmente a las palabras que pronunciarán y a disponer de estrategias para controlar las emociones. Como apuntan los grandes oradores: la mejor improvisación conlleva una profunda planificación

Hay que saber qué decir y decirlo teniendo en cuenta el destinatario y el espacio social. Hay que disponer de ideas y de conocimientos para poder decir cosas interesantes con claridad y concisión.

Tema


Les pondremos esta imagen y la profesora realizará la siguiente pregunta:

¿Pasamos demasiadas horas frente a los dispositivos electrónicos (televisión, tableta, móvil…)? Sí o no.

Para 6º de primaria. Los niños pasan mucho tiempo con los dispositivos electrónicos y debemos poner fin, debemos intentar hacerles conscientes del error que están cometiendo y que busquen remedios para ello. Esto es algo que vivimos cada día, cada vez niños más pequeños, tienen más cantidad de dispositivos electrónicos. Tengo la experiencia con mi hermano pequeño, porque conozco a todos los compañeros de su clase y la mayoría ya tienen teléfonos móviles. Por eso considero que es el mejor momento para llevar a cabo este debate y tratar de abrirles los ojos e intentar mejorar el uso abusivo que se hace de estos dispositivos. Aun así, desde mi punto de vista, el verdadero problema no es la temprana edad a la que se entreguen dichos dispositivos, sino el incorrecto uso que se hace de ellos.

Desde los doce años en adelante, (en la etapa final del desarrollo cognitivo), los niños comienzan a desarrollar una visión más abstracta del mundo y a utilizar la lógica formal. Pueden aplicar la reversibilidad y la conservación a las situaciones tanto reales como imaginadas. También desarrollan una mayor comprensión del mundo y de la idea de causa y efecto. Esta etapa se caracteriza por la capacidad para formular hipótesis y ponerlas a prueba para encontrar la solución a un problema. Otra característica en esta etapa es su capacidad para razonar en contra de los hechos. Es decir, si le dan una afirmación y le piden que la utilice como la base de una discusión, es capaz de realizar la tarea.


Contexto

Para realizar un debate y dar opiniones entre todos, debemos tener la oportunidad de mirarnos a los ojos, poder ver bien a todos los compañeros, los gestos, las caras... Por lo tanto el aula no podrá estar colocada como un aula convencional, así que antes de comenzar, entre todos, colocaremos las mesas en forma de círculo.


Normas de respeto

Debemos explicar bien a los niños, que no deben llevarse las opiniones a lo más personal, es decir, deben tratar de opinar valorando todas las aportaciones de sus compañeros, no únicamente decir lo que piensan, sino reflexionar sobre lo que los demás comentan. De este modo evitaremos los egocentrismos como “pues yo pienso…”, “pues a mí…”.

Antes de comenzar el debate, se dejarán bien claras las normas de participación:
  • Levantar la mano antes de hablar
  • Escuchar a los compañeros (no oír lo que dicen)
  • Respetar las argumentaciones de los demás compañeros, nadie es mejor ni peor, cada uno opina lo que piensa y todos los comentarios deben ser respetados (nadie se ríe de nadie). Esta norma, servirá para que el niño tímido no tenga tanto miedo a participar).
  • Respetar los turnos de palabra: no hablaremos por encima de un compañero o expondremos una opinión que no tenga que ver con la que se estaba comentando en ese momento.
  • Volumen adecuado: para que todos los alumno escuchen lo que se ha dicho
  • Saber adaptar su lenguaje para el debate y para los compañeros.
  • Vocalizar
  • Opinar sobre el tema expuesto.
  • Argumentar sus ideas ante los demás compañeros.
  • Exponer e intercambiar opiniones.
  • Diferenciar situaciones de la vida cotidiana que requieren de una estructuración diferente de diálogo. 

Planteamiento

Debemos concienciar bien a nuestros alumnos, de que cada respuesta que se dé, sea comentada, debatida, completada... entre todo el grupo hasta que se agote, antes de pasar a una idea nueva. De esta forma, no hay solo emisores individuales y sucesivos sino verdadero diálogo social.

Para que el debate no pierda el hilo o comience a ser muy lineal, tendremos una serie de “preguntas de andamiaje” para retomar el dinamismos:

  • ¿Cuánto tiempo deberíamos ver la televisión o jugar con la Tablet o el móvil?
  • En verano ¿qué otras actividades podemos hacer además de utilizar dispositivos electrónicos?
  • ¿Cuándo estamos con nuestra familia o amigos debemos estar todo el rato pendientes de nuestros móviles?
  • ¿Creéis que deberíais tener redes sociales?
  • ¿Qué opináis de que haya niños o niñas que tienen videojuegos que no son apropiados para su edad? 

También, siguiendo su actuación como mediador del maestro, habrá preguntas del tipo:
  • ¿Qué opináis de lo que ha dicho el compañero?
  • ¿Estáis de acuerdo con lo que ha dicho el compañero?
  • ¿Qué podemos hacer al respecto?

Ante todo, debemos evitar que nuestros alumnos se lleven a lo personal estas preguntas y respondan cosas como “pues yo”, “pues a mí”, etc. Las respuestas deben ser generales y que después las opiniones sean debatidas con las ideas de cada uno, esto favorecerá la competencia comunicativa y evitará el egocentrismo comunicativo.

Mi actuación como maestra consistirá en escuchar a los alumnos, no interrumpir la actuación entre ellos, proponer algunas preguntas cuando los niños se queden sin ideas para seguir debatiendo. También, muy importante, evitar que algún comentario se quede sin debatir completamente, es decir, si algún niño levanta la mano para sacar otro tema, cuando el anterior no se ha cerrado aún, evitarlo con un “no te olvides de eso que nos quieres comentar”, pero no debemos permitir que rompa con la dinámica (esta alternativa será especialmente útil, con el alumno inquieto que siempre quiere hablar, pero no respeta la opinión de los compañeros).

En el aula, tenemos dos alumnos de los que hay que estar especialmente pendientes. Uno de ellos no participa y es bastante tímido, el otro, sin embargo, no presta atención a lo que dicen los compañeros y únicamente quiere hablar él para que se le escuche. Nuestra misión como maestros, consiste en lograr que el debate fluya y no nos encontremos excesivas o escasas intervenciones.

Teniendo en cuenta que si les damos un papel durante la realización de la actividad, no es una solución y menos aun si este papel impide que participe como todos los demás dando sus ideas y valorando las de sus compañeros.

 A lo largo del debate, el alumno tímido, observará que muchos de sus compañeros piensan como él y poco a poco sentirá la necesidad de participar y mostrar su que él también está de acuerdo con lo que dicen sus compañeros. Eso le hará sentirse cómodo y estoy segura, que esto le permitirá ir soltándose cada vez más. Como maestros, debemos observar como se ha visto en este primer debate y continuar haciéndolos para que vaya perdiendo ese miedo a hablar en público, a que lo que él opine no le guste a los compañeros o a equivocarse. Debemos enseñar a los niños que todos nos equivocamos, que es algo completamente normal y natura y que no debemos sentirnos mal o ridículos, porque nos sirve para aprender y mejorar.

De igual manera, cuando estemos en mitad del debate y se haya creado un buen ambiente en el que todos estén dando su opinión, respetando a los demás, el alumno que no para de interrumpir y que tiene tendencia a ignorar la opinión de sus compañeros, se dará cuenta de que sus compañeros no le hacen mucho caso, porque es el único que no esta siguiendo la dinámica, sentirá la necesidad de prestar verdadera atención a sus compañeros y opinar cuando le toque. De todos modos, el profesor o profesora, que está actuando como mediador, controlará pidiéndole que respete las normas, que escuche a los demás igual que le escuchan a él y retrasando sus comentarios hasta que se haya debatido bien cada cuestión que surja. De este modo, al repetirle varias veces lo que no está haciendo bien, irá cambiando su actitud.

Para ambos niños, desde mi punto de vista, sería bueno recompensarles con unas palabras según vayan mejorando. “Hoy lo has hecho muy bien”, “Hoy has intervenido un montón”, “Hoy no has interrumpido a ninguno de tus compañeros”, etc. De este modo serán más conscientes de que realmente la actitud anterior no era la correcta y que están mejorando. Esto les motivará a continuar haciéndolo bien y cada vez mejor.

Cada actividad oral tiene como objetivo que el alumno aprenda algo que antes no sabía o no sabía hacer. Si no se define y se concreta lo que se enseña, el alumno no será consciente de lo que tiene que aprender y su habla en el aula será básicamente espontánea, como si hablara en la calle. Si el alumno no integra en su manera de hablar nada nuevo porque no tiene conciencia de ello, la actividad oral se convierte en una actividad trivial, sin relevancia académica. Es necesario, pues, concretar y compartir los objetivos de aprendizaje para poder desarrollar la competencia oral, una competencia que nos remite a un conjunto de componentes que se interrelacionan y se complementan: el componente lingüístico - discursivo, el componente contextual y el componente estratégico-retórico.

La meta principal de la educación es crear hombres que sean capaces de hacer cosas nuevas, no simplemente de repetir lo que otras generaciones han hecho; hombres que sean creativos, inventores y descubridores. La segunda meta de la educación es la de formar mentes que sean críticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece” Jean Piaget

Para finalizar, podríamos hacer entre todos una puesta en común de lo que hemos aprendido con este debate. Por ejemplo: debemos jugar menos con la Play, hacer más deporte, tener redes sociales con la vigilancia de nuestros padres, pedir permiso a nuestros padres para utilizar los dispositivos electrónicos… que ellos mismo se vayan dando cuenta y se conciencien de lo que están haciendo bien o no.


Evaluación y autoevaluación

Se graban las intervenciones para que los alumnos se puedan valorar autónomamente según los objetivos de la práctica (y nosotros dispongamos de registros orales que nos permitan evaluar con mayor objetividad), de acuerdo con lo que se pretende enseñar.





Evaluación de la actividad



Reflexión

Esta primera entrada, me ha permitido aprender una forma muy interesante para trabajar la competencia comunicativa y lingüística. Debemos darnos cuenta, de que este tipo de actividades se puede realizar en todas las asignaturas, no únicamente en la asignatura de lengua, porque permite a los niños aprender mucho más, que en las clases en las que solo existe la escucha activa de los alumnos al profesor.  

A través del lenguaje recibimos y comunicamos información a las demás personas, pero también nos permite comunicarnos con nosotros mismos, analizamos nuestros problemas, buscamos soluciones, memorizamos datos, pensar en nuestros sentimientos

También es necesario recordar que el nivel de adquisición del lenguaje oral en el alumnado va a depender de la familia y del grupo social que pertenece. No hay que olvidar que existe una estrecha relación entre el dominio de la palabra y el entorno social. No todos tenemos el mismo número de vocablos, de estructuras y estrategias para comunicarse eficazmente en diversas situaciones y con diferentes interlocutores.

Creo que es un tema bastante interesante, porque ¿qué niño no quiere tener algún tipo de dispositivo electrónico? Además están empezando a entrar todos en la edad en la que los padres los compran, porque los niños comienzan a ser más independientes y de ese modo se pueden localizarles más fácilmente. El problema empieza cuando no hay un correcto uso o un control necesario de dichos dispositivos. Por este motivo los maestros debemos encargarnos de enseñar a nuestros alumnos a utilizar correctamente los teléfonos, las tabletas, los ordenadores, etc. Para que se conviertan en una herramienta más de estudio, durante las horas que haya que estudiar; y una herramienta de ocio y distracción cuando ya hemos hecho todo lo que teníamos que hacer de clase.
Desde mi punto de vista, debemos dejar de tener miedo a todos estos dispositivos y prohibir su entrada en los colegios y comenzar a hacer un buen uso de ellos y enseñar a nuestros alumnos a cuál es la manera correcta de hacerlo

Para finalizar, como maestros, antes de realizar un debate de gran grupo con nuestros alumnos, a la hora de elegir el tema, siempre debemos habernos informado bien, buscar información en internet (siempre el lugares que sean fiables). Deberá ser muy consciente de la finalidad que quiere lograr realizando está actividad y que quiere transmitir con ella. Y deberá tener una “chuleta” con las posibles preguntas de andamiaje, para que el debate sea dinámico y continuo; y no se convierta en una actividad lineal y aburrida. Fomentar en los niños la necesidad de dar su opinión y formarse su propia opinión, no conformarse con lo que le digan los demás.

Referencias

Labajo, I. (2018). Didáctica de la Lengua Española.
Jiménez, J.R. (2010). Evaluación de la competencia comunicativa.
Labajo, I. (2018). Competencia comunicativa.
Vilà, M. (s.f.). Leer.es. Seis criterios para enseñar lengua oral en la educación obligatoria.
VV.AA (2011). Temas para la Educación. Desarrollo del lenguaje oral en primaria.
Malena (s.f.). Etapas del desarrollo cognitivo según Piaget. Lugar de publicación: Aprendiendo matemáticas. https://aprendiendomatematicas.com/etapas-de-desarrollo-cognitivo-segun-piaget/

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